lunes, 14 de enero de 2013

Los Cruceiros en Galicia


Cruceiro en Combarro
«Donde hay un crucero hubo siempre un pecado, y cada crucero es una oración de piedra que hizo bajar un perdón del cielo», eso dijo Castelao quien realizó importantes estudios de los cruceros gallegos (hay unos 12.000).

El origen de los cruceros se encuentra en la segunda mitad del siglo XIV o en el siglo XV, y su mayor desarrollo tuvo lugar a partir del Concilio de Trento (1545-1563), en donde se acuerda que existe un purgatorio, en el que las almas deben pagar por sus pecados antes de ir al cielo...








Cruceiro en Santiago de Compostela. Convento de los Franciscanos


Los franciscanos y los dominicos movieron a los creyentes a costear estos monumentos. En muchos de ellos, en la base, se ponía el año de la construcción y el nombre del que había pagado la obra.

Las cruces de piedra se levantaban en atrios de iglesias, en lugares elevados, en sitios en donde antes se hacían cultos paganos y, sobre todo, en cruces de caminos en los que se creía que habitaban malos espíritus. En las ciudades también se ponían en entradas y salidas, y en ellos los viajeros pedían tener un buen viaje o agradecían haber llegado con bien a la ciudad.

Las cruces de piedra son un signo de protección. Hubo algunos en sitios donde ocurrió una muerte violenta, que erigían los familiares del fallecido; y también surgió la costumbre de enterrar a los pies de estas cruces a bebés no bautizados. En los que estaban en los caminos hacia el cementerio colocaban junto a su base una especie de mesa, en la que se ponía el ataúd y se rezaba un responso al muerto.


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