Para muchos habitantes de Finisterre el cabo era un lugar sin demasiado interés, marginal y periférico. Inhóspito gran parte del año debido al viento y al mal tiempo y que, en el pasado reciente, sólo acudían algunas personas vinculadas al funcionamiento y mantenimiento del faro.
En el año 2006 el Consejo de Europa otorgó el reconocimiento de Patrimonio Cultural Europeo al cabo de Finisterre, un hecho que fue considerado como un fruto del camino que se empredió en el año 1997 para su puesta en valor y como un nuevo impulso para continuarlo.
Hoy en día está considerado como uno de los destinos favoritos por los turistas. Para muchos el segundo lugar más visitado en Galicia después de Santiago de Compostela. ¿Vosotros, qué creéis?
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